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Los Pilatos (En memoria a Sili Díaz)

 "La lógica perversa del transporte en el Perú no distingue clases, pero arrasa con los más débiles".

Javier Barreda 

Publicado: 2014-04-17

Sili Díaz Pinedo se llamaba la joven que laboraba en el Ministerio de Trabajo y que fue asesinada por la imprudencia homicida de otro chofer del transporte público. La vulnerabilidad de Sili además era mayor: ella era una persona con discapacidad. La lógica perversa del transporte en el Perú no distingue clases, pero arrasa con los más débiles.

La cultura combi de los 90 se prolonga a nuestros días. Así conviven un esperado Tren Eléctrico y un eficiente –aunque insuficiente- Metropolitano, los exclusivos taxis remisse, los satelitales y los miles de carros (siniestrados o no) que cada día importamos a Lima. Un coctel explosivo de modernidad, informalidad y agresividad, que tiene como consecuencia fatal casi 4000 víctimas en el 2013 y 350 en lo que va del año. Mientras, el Ministro de Transporte no se apura ni se despeina, su rol es normativo y “pronto incrementará las sanciones”, dice.

La Municipalidad de Lima acusa a la del Callao y el Callao es inexpugnable a todo; la gente está harta de la impunidad de Orión y Orión, con todo cinismo y mil multas, reclama derecho al trabajo; y a la Policía no se le respeta, lástima. Todos se lavan las manos. Nos indignamos un día por Sili, nos indignaremos por las que vengan, pero después (zapping) la vida sigue igual. ¿Quién resuelve el tema?, ¿quién marcha por estas vidas que merecieron vivir más?

¿Qué soñaba ser Sili?, ¿en qué se esperanzaba mientras tanta gente subía y bajaba del bus que la conducía paradójicamente al buen programa Perú Responsable del Ministerio de Trabajo?, ¿cuántas veces el mismo chofer Gerardo Aquino la habrá llevado y esperado que baje ya, impaciente, por cumplir la cuota mínima de sobrevivencia y ganancia? Luego olvidamos a los que se fueron. La divina resignación se explica, pero también tiene su lado perverso: se acabó y punto. Es una ley divina y material.

En el facebook de Sili Díaz, al que me atreví ingresar, hay pocas fotos. Su familia es de Yurimaguas. Estudió computación e informática en EIGER. Sonreía con esperanzas. Ahí se lee un epígrafe que dice: “ahora dime... después de llorar, sufrir y quejarte, qué más sabes hacer”. Mucho más pudimos hacer por Sili y por tantos jóvenes que, como ella, viajan peligrosamente a algún lugar con esperanzas de construir y vivir esperando progresar.

Publicado en Exitosa Diario, 17 de Abril del 2014


Escrito por

Javier Barreda

Sociólogo PUCP, docente. Escribo. Ex Ministro de Trabajo. Ex- Vice de Promoción del Empleo y de Desarrollo Social. Director Editorial UNFV


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Búfalo de pradera

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