¿Los outsiders? (No los esperes)
"Los outsiders están, más bien, en las fantasías o aspiraciones de intelectuales, analistas o crónicos aspirantes a presidente sin suerte".
Alberto Fujimori (1990) fue el último outsider. Desde 2001 todos los ganadores estaban antes en la foto. Los presidentes electos vienen de atrás pero no fueron una novedad propiamente dicha: Toledo (2001) postuló en el 95 y canalizó la lucha contra el fujimorismo; Alan García (2006) era ya el reconocido líder del APRA y Humala (2011) venía atarantando desde 2005 con un discurso antisistema que ya fue.
En un país con un sistema político gelatinoso y muy pocos partidos de verdad, a todo se le puede denominar “outsiders”, pero no necesariamente lo son. El outsider es una irrupción inesperada contra un sistema político duradero; algo nuevo, alternativo, anti un sistema (institucional o económico). Eso ocurrió en 1990 por la crisis económica y política: Vargas Llosa y Fujimori eran, claramente, los outsiders “salvadores”. Ahora la economía funciona (a pesar de injusticias diversas) y el sistema político es criticado, pero no es prioridad ciudadana involucrarse en su reforma o cambio. Los outsiders están, más bien, en las fantasías o aspiraciones de intelectuales, analistas o crónicos aspirantes a presidente sin suerte.
Un gobierno con 19% de aprobación, un presidente con 24% de popularidad, una crisis de legitimidad de presidentes regionales y la alcaldesa en Lima al límite, lleva a los peruanos a ser más cautelosos con los nuevos aspirantes. Si hay algo que genera este gobierno de “nuevos”, tecnócratas con osados conflictos de intereses y gobernadores despistados, es la idea de que los que ya conocen o estuvieron pueden hacer las cosas mejor que los de ahora. Un “a pesar de que los conozco, no arriesgo las cosas por encantadoras apuestas”. Entonces, más allá de las preferencias, la encuesta de Ipsos Apoyo podría estar ya anunciando una fotografía (que con algunas movidas) será la foto del 2016: Keiko o Alan o PPK o alguien más de oficio político.
En dicha encuesta, además, solo el 10% vota blanco /viciado y el 7% no precisa. Por si fuera poco, dos posibles outsiders como Nadine Heredia o Gastón Acurio tienen baja simpatía política. Por ello, más que la llegada de un outsider (como un Jedi de sable izquierdo o derecho), la población decantará entre los que ya conoce, más que por el riesgo de lo desconocido. Será una batalla de creatividad, sensibilidad y eficacia electoral de tres (por ahora) conocidos.
Publicado en Exitosa Diario, 24 de Abril del 2014