En agosto de 1989, el líder liberal Luis Carlos Galán fue asesinado por la violencia colombiana; era una esperanza para su pueblo. Galán tuvo errores, ¿quién no?: pero su muerte destruyó millones de sueños en esta tierra de tantos contrastes. Ocho meses después Carlos Pizarro, candidato presidencial de la incorporada ex guerrilla del M-19, fue asesinado también en un avión comercial. No le falta razón al ensayista y escritor mexicano Carlos. Fuentes: Colombia desde su independencia nunca ha conocido la paz, así lo escribió en el prólogo al libro “Jaque al Terror”, cuyo autor es el actual Presidente Juan Manuel Santos. Libro en el que pormenorizadamente se describe las acciones anti-FARC bastante exitosas, pero no concluyentes, durante el gobierno del Presidente Uribe. 

Este domingo los colombianos tienen ante sí la posibilidad de decidir con sus votos sobre la construcción de una paz que no será fácil y que de seguro puede tener muchos problemas en su consolidación, pero que de hacerse realidad podría llevar a Colombia a ser más grande de lo grande y mágica que es.

Este domingo espero que gane Santos, a pesar de muchos problemas y no ser un régimen perfecto. El Presidente Santos fue un guerrero cuando fue Ministro de Defensa y le tocó enfrentar con dureza a la guerrilla de las FARC y el ELN. Y ya en el poder como Presidente optó por un camino difícil, y al inicio incomprendido, el de caminar hacia un proceso de paz con una guerrilla que tanto dolor causó a Colombia y sobre la que se ha escrito tanto. De acuerdo a Revista Semana y con información del Centro Nacional de Memoria Histórica, desde 1958 hasta el 2012, la violencia colombiana de carácter político generó 220.000 asesinatos, 5.712.506 desplazamientos forzados, 25.007 desaparecidos y 27.023 secuestrados. Tarea inmensa para la gran Colombia al reparar tanto sufrimiento si se logra la paz.

Seguro que muchos colombianos tendrán dudas y las entiendo. He conversado con muchos de ellos, y se percibe mucho desencanto por la política y el descreimiento ante antiguos y nuevos proyectos. Pero entre la posibilidad de una paz y la seguridad de continuar un conflicto o una guerra, prefiero lo primero. Al fin y al cabo, lo mejor que se puede hacer por los que mueren, por los mutilados, por los secuestrados, es evitar que sus terribles historias se repitan en más compatriotas, en más colombianos y colombianas de todos los colores o cualquier condición.

Hoy, escuchando esta intensa canción de Yuri Buenaventura, "El Guerrero" (https://www.youtube.com/watch?v=NlemaAlPeZs&feature=kp),   pienso mucho en lo que se juega en Colombia este domingo 15 de junio.  Todos los Dioses  y paz para Colombia.