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PARTIDOS SIN BASE

¿Se puede legislar electoralmente y hacer reformas de partidos con "Partidos sin base"?

Publicado: 2015-03-05

El segundo diálogo se ha centrado en la reforma políti­ca que consiste en algunas medidas que para cierta comunidad intelec­tual y analistas mejora­ría considerablemente la representación política y la calidad de los partidos (control del financiamien­to, eliminación del voto preferencial, alternancia de género, el castigo de la “curul vacía”, etc.). La discusión parte de arriba (comunidad intelectual y política) y esa es una de las deficiencias de la llamada reforma del sistema polí­tico: la ausencia de parti­dos responde más a una carencia de dirigentes con vocación real de construir partidos y a nuestra dinámica social; no al incumplimiento de fórmulas legislativas. 

¿Los asistentes al se­gundo diálogo, de verdad son líderes de partidos políticos o de partidos “en formación”? Existen legal­mente, pero una reforma política-electoral tiene que darse en paralelo a una vo­luntad política por cons­truir partidos de verdad. ¿Dónde están las bases de esos partidos?, ¿dónde y cuándo se reúnen?, ¿se movilizan?, ¿qué temas debaten?, ¿se capacitan?, ¿hay tendencias internas?, ¿tienen un inserción en lo social? No exigimos aún una cla­ridad programática, pero sí que los voceros de los par­tidos lo sean de partidos de verdad y que represen­ten también identidades políticas, colectividades cívicas y sociales, tenden­cias, corrientes, emocio­nes, tradiciones, etc.  Y que la sociedad peruana los considere intermediarios institucionalizados de sus diversas  demandas y expectativas.

En este proceso habrá que lidiar con la antipolí­tica, el escepticismo colec­tivo, el individualismo, las informalidades, la expan­sión de mercantilismos y clientelismos. Pero no po­demos resignarnos a ser una sociedad sin instituciones, a partidos sin base, a repre­sentaciones sin represen­tados, a dirigentes sin diri­gidos, a leyes de partidos sin partidos, a partidos sin bases. 

La sociedad peruana es todo un desafío, pero no es imposible que existan partidos. El Apra lleva casi ya ocho décadas de histo­ria y es consciente de sus desafíos. El fujimorismo es una identidad en formación e impronta familiar, pero tiene sus bases. ¿Pero y los otros “partidos”? No dejan de ser marcas familiares o "partidos-RSL" o universida­des-partidos o caudillismo regional expansivo o ilusio­nes de variadas “izquier­das”. Y legislar sobre estos últimos es sembrar futuras decepciones.

Publicado en Exitosa Diario, 5 de marzo del 2015


Escrito por

Javier Barreda

Sociólogo PUCP, docente. Escribo. Ex Ministro de Trabajo. Ex- Vice de Promoción del Empleo y de Desarrollo Social. Director Editorial UNFV


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Búfalo de pradera

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