La izquierda viene reiterando que el Apra es un partido de derecha. Cuando uno trata de entender el razonamiento de sus intelectuales, refieren que la segunda experiencia del Apra mantuvo el modelo neoliberal implementado por el fujimorismo. Confunde obviamente la promoción de la inversión y el mercado con una lógica neoliberal de libre mercado radical. Todas las experiencias progresistas del mundo y de América Latina han desarrollado políticas de mercado, con acciones de estado inteligente, eficiente y redistributivo. ¿No lo hizo así la concertación en Chile post Pinochet y el socialismo español post-franco? 

Juan Carlos Tafur, en su artículo de ayer en este diario (“¿Y si hubiera ido Mulder?”), desde su reconocida posición liberal insiste en la idea que el Apra y Alan García se han derechizado, justo a partir de la experiencia del segundo gobierno. Pero las cifras responden al agudo Tafur. Durante el “derechista” gobierno aprista, del 2006 al 2011, la pobreza se redujo de 48% a 27%. Pero no sólo ello, en la distribución del ingreso (bandera ética de toda izquierda moderna según Norberto Bobbio) también se avanzó. Del 2005 al 2011 el coeficiente de desigualdad se redujo de 0.49 a 0.45; en el 2013 y el 2014 la desigualdad no se ha reducido.

La derecha cree en el mercado, pero hasta el punto que no cuestione privilegios que se consideran naturales (sean económicos, políticos, étnicos, culturales, etc.). Las izquierdas soportan o temen al mercado; piensan que es mejor que sólo el Estado haga empresa y distribuya. Reconozcamos que mercados sólidos crean empleo y redistribuyen; y el Estado debe promover el crecimiento privado, redistribuir inteligentemente y mejorar las condiciones para la inclusión y el progreso en los pobres y emergentes clases medias. Esta fórmula última es la que el Perú necesita.

La izquierda no solo tiene un problema de unidad. Tiene un virus estatista que no supera; sufren de una irresponsable desconfianza hacia la inversión privada. Lo dijo el joven Felipe Gonzales en la España del 82: “a nuestra izquierda, el abismo”. Igual podemos decir en el Perú hoy. Agregando que a nuestra derecha, está Kuczynski, que es otro atajo, tremendamente vanidoso como lo describe Vargas Llosa en El Pez en el Agua, pero que igual nos llevaría al abismo.

Publicado en Exitosa Diario, 8 de octubre del 2015