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Ven a mi casa esta Navidad

Navidad es un momento que nos hace nostalgiar por algo o alguien. No hay teo­ría que la explique del todo; es un momento casi misterioso o mágico o ingenuo  para perdonar, dar la mano o invitar a alguien a nuestra casa.

Javier Barreda 

Publicado: 2016-12-23

Las fechas especiales vienen con canción. La radio que siem­pre está más cerca de la gente nos hace las fechas con al­gún tema musical de fondo. El Día de la Madre siempre escuchamos “Una carta al cielo”, (versión en vals perua­no del viejo tango argentino “Cuatro líneas al cielo”) que popu­larizó nuestra morena Lucha Reyes. El Día del Padre no puede faltar el “es un buen tipo mi viejo, el de la tristeza larga” que nos canta lento el argentino Piero o “esos tus cabellos blancos de mi querido viejo, mi amigo” del brasileño Roberto Carlos, más mo­vida pero igual de sentimental. Cuando se viene un partido de fútbol de esos que emocionan y dan esperanza, son infaltables en la sala del hogar, en la radio, en la televisión y ahora en las re­des los casi himnos “Y se llama Perú” o “Contigo Perú” del siem­pre inspirado Augusto Polo Campos o el “El Perú campeón” de Félix Figueroa, que hace 46 años cantó primero Edy Martínez; alegrándonos al inicio en tres mundiales (1970, 1978 y 1982) y en varias esperanzas inconclusas. 

La Navidad tiene sus eternas canciones. Desde los villancicos, como aquel de la virgen que quiere darle sopa a un niño Jesús que como -todos los niños- no quiere tomarla. O quién no cantó “Campana sobre campana”, o el pegajoso y casi bailable “Bu­rrito sabanero que va camino a Belén”. La internacional “No­che de paz, noche de amor” se cantó por primera vez en el si­glo XIX en Austria y hay cien­tos de versiones que todas las navidades se cantan en tantos idiomas y similares emociones. Simple, alegre y en dos idiomas es el “Feliz Navidad” del siem­pre romántico José Feliciano; él reconocía que era demasiado alegre para la fecha. Los salseros no dejan de vivir los “Aires de Navidad” de Héctor Lavoe y Willie Colón y más nostalgia nos trae cada año José Luis Perales y su “Navidad”: “mientras haya un futuro hacia donde ir, mientras haya ternura, habrá Navidad”.

Tantas canciones para infinitas navidades hay y habrá. Fecha mágica o nostálgica aún para herejes y agnósticos y que resiste desencantos, individualismos y pragmatismos de la arrasadora economía y política globales. Pero tal vez una de las más emocio­nales y nostálgicas canciones para mi generación es la Luis Agui­lé, “Ven a mi casa esta Navidad”. Una canción que sin más con­texto que la nostalgia invita a nuestra casa a quien está solo, sin madre o sin hermano, lejos de su tierra o tiene un perdón repri­mido. Cuando pasan nuestros tiempos, la Navidad es menos re­galos y más nostalgias por las cosas que nos dejaron saldos en el alma. Estas y otras canciones navideñas agudizan emociones de soledad en la carencia para pobres y excluidos, pero también de fraternidad hacia los otros en cualquier condición. Navidad es un momento que nos hace nostalgiar por algo o alguien. No hay teo­ría que la explique; es un momento casi misterioso para perdonar, dar la mano o invitar a alguien a nuestra casa. Feliz Navidad totales.

Publicado en Exitosa Diario, 22 de diciembre del 2016


Escrito por

Javier Barreda

Sociólogo PUCP, docente. Escribo. Ex Ministro de Trabajo. Ex- Vice de Promoción del Empleo y de Desarrollo Social. Director Editorial UNFV


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Búfalo de pradera

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