2017: Año de la Anti-Política
¿Cuántos políticos, tecnócratas y otros empresarios estarán involucrados en esta movida que recién se inicia? Veremos. ¿Podrá el sistema político peruano resistir la prueba radical de la antipolítica del 2017? Esperemos.
En el 2017 habrá más antipolítica. Será el año de mayor devaluación de la política. No es solamente las relaciones tensas entre el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República o los diversos problemas internos que van viviendo varias organizaciones políticas y frentes electorales, que agudizan situaciones de falta de cohesión. El caso Odebrecht va a remover radicalmente en el 2017 la relación entre ciudadanos y elegidos (oficialismo y oposición). Es el escándalo político de corrupción más fuerte desde los “vladivideos”. Y es el más crítico desde el año 2001, cuando retornó la democracia. Los titulares de los diversos medios de comunicación y el Poder Judicial -sí funciona- se dedicarán a ir destrabando todas las sospechas, verdades y más cantidades en este escándalo de corrupción transnacional que por lo menos ya se sabe que ha significado el pago de 29 millones de dólares en el Perú. Aparecerán nombres y más nombres y tal vez más montos.
Solo la justicia puede precisar qué tanto de lo que hizo Odebrecht fue legal o no. Por los pagos de coimas en los países donde esta poderosa empresa brasileña (que según alguna versión exministerial “pone y saca presidentes”) y que han sido reconocidos por sus más altos jerarcas, esta práctica acompañó a porcentaje importante de sus inversiones. La política y la economía, estrechamente relacionadas en un extendido mercantilismo que abarcaba los espectros ideológicos más distantes, desde las derechas a las izquierdas.
La política como práctica de servicio al ciudadano y como base de una sociedad democrática republicana, significará mucho menos para ciudadanos de a pie (con problemas básicos sin resolver) cuando el prestigio de la “clase política” se vea mermado por el escándalo de la corrupción. Paul Krugman acaba de advertir sobre la crisis de la república, que aunque en su país puede calzar en cualquier realidad democrática en crisis: “Los políticos que supuestamente defienden el libre mercado están descubriendo que el capitalismo basado en el amiguismo funciona bien, siempre que los amigos sean los correctos”. Odebrecht es un caso grande, pero ¿qué sucede cuando el sistema político (de nuevos y viejos actores) asume que es mejor hacer desarrollo e inversiones con “los amigos correctos”, grandes y pequeños?
¿Cuántos políticos, tecnócratas y otros empresarios estarán en la movida? Veremos. ¿Pero, podrá el sistema político peruano resistir la prueba radical de la antipolítica del 2017? Difícil responder. Pero la salida va por hacer el mayor esfuerzo para que el Estado mejore y que las clases medias y los pobres vean que las cosas funcionan para bien; que la política resiste cambiando, haciendo y cohesionando; en medio de titulares que de todas maneras serán lapidarios en el 2017. Feliz Año, esperemos.
Publicado en Exitosa Diario, 29 de diciembre del 2016