Conectar con los más conectados
No existe un termómetro público o privado permanente que mida la temperatura a las percepciones juveniles sobre la política, el empleo, la educación, sus expectativas y sus sueños.
Aún no tenemos estudios específicos sobre el cómo los últimos destapes sobre corrupción vienen afectado las percepciones o valoraciones de los jóvenes sobre la política. No sólo cuánto ha incrementado su desazón sobre partidos, actores y relatos políticos, sino también sobre qué perspectivas y cómo cambian sus valores y decisiones sobre temas claves de su vida. No existe un termómetro público o privado permanente que mida la temperatura a las percepciones juveniles.
La verdad es que en el país, salvo las encuestas de opinión, en las cuales algunas segmentan por edades, no tenemos estudios continuos sobre las juventudes. La última encuesta sobre juventud en el Perú la hizo el SENAJU a inicios del 2011. No hay estudios amplios que nos expliquen las diversas formas de desconexión con la política de la juventud más conectada entre sí. Sobre todo, acerca de aquel grupo etario denominado “millennials” (nacidos entre 1985 y el 2000).
Carlos Meléndez ha planteado en un reciente artículo (El Comercio, 25 de febrero/2017) la necesidad de construir un relato para los millennials. Para Meléndez, el fujimorismo ha perdido en conectar eficientemente con una generación creciente de electores, que sin embargo ha podido ser captado por una percepción negativa hacia el fujimorismo. Esa falta de conexión no sólo está referida al fujimorismo; diríamos, es una cualidad compartida (con algunas excepciones) por los diversos actores y partidos políticos. La política vino perdiendo conexión con la juventud y esta brecha de desconexión con la generación más conectada, informada, emprendedora, abierta y pragmática es muy posible que se incremente con la crisis de credibilidad institucional en aumento. Pero no sabemos hacia dónde se canalizará esa creciente cantidad de nuevos ciudadanos, consumidores y votantes ni qué líderes podrán canalizar sus expectativas y sus ilusiones.
Las investigadoras sociales Francesca Ucelli y Mariel García Llorens (Solo zapatillas de marca. Jóvenes limeños y los límites de la inclusión en el mercado. IEP, Lima 2016), han desarrollado una interesante investigación etnográfica sobre el cómo se reproduce el sistema en la cultura y percepciones jóvenes. Para las autoras, estos limeños, urbanos en su mayoría, son “los herederos de los conquistadores” que llegaron a la capital en sucesivos momentos migratorios y esta diversidad de jóvenes ve la política por los medios de comunicación; la política ha pasado de las plazas o las calles a las pantallas y el acto político (el votar por ejemplo) es un acto más en la vida; no define grandes modelos ni cursos de acción de los jóvenes. Para la mayoría de ellos, “el Gobierno no influye mucho, cada persona se hace sola”. Con puntuales excepciones, la política es un elemento no determinante de la juventud más conectada, pero a la vez más excluida y siempre vulnerable. Conectar con los más conectados, convencer a las nuevas promociones de que la política es clave para superar exclusiones, vulnerabilidades y no-progresos será una de las primeras batallas a ganar contra la antipolítica para el Bicentenario.
Publicado en Exitosa Diario, 23 de febrero del 2017